El pintor Cosme Algarra por Madrazo, 1870. |
1.- NACIMIENTO EN CAUDETE EN 1816 Y
ORÍGENES FAMILIARES. Los datos
biográficos acerca de nuestro protagonista son igualmente confusos y carentes
de documentación adecuada, ya que suelen reiterarse sin examen crítico las
noticias, a veces escasamente rigurosas, aportadas por el clásico estudio de
Manuel Ossorio y Bernard, “Galería biográfica de artistas españoles del siglo
XIX”, publicado en 1883. En las siguientes líneas, intentaremos ordenar los
datos biográficos conocidos sobre el pintor caudetano a partir de la prensa de
la época y otras documentaciones disponibles. [1]
El primer cigarrillo por Algarra, 1870 |
Nacido
en Caudete el 15 de septiembre de 1816, su familia debió emigrar por motivos
políticos a la conclusión del Trienio liberal en 1823, instalándose al final de
la Ominosa década en Madrid, donde su padre Francisco Algarra López pudo
ejercer como escribano y administrador de rentas. Con el tiempo, su hermano
Francisco Algarra y Hurtado se desempeñaría igualmente como administrador de
contribuciones y rentas en Valladolid. [2]
Sin
duda, nuestro protagonista debió estar unido por algún vínculo familiar con
Joaquín Bañón y Algarra, político liberal nacido en Caudete en 1836, que llegó
a ser diputado por Castellón en el período 1869-1872. [3]
Ignoramos si tuvo parentesco con el periodista “Algarra”, que comenzó a ejercer
como corresponsal en Albacete para “La Correspondencia de España” allá por el
año 1894. [4]
2.- FORMACIÓN ARTÍSTICA EN MADRID Y PARÍS
(1836-1846). Según Ossorio y
Bernard, Cosme Algarra se iniciaría en la pintura en Madrid como discípulo del
pintor neoclásico José Aparicio Inglada (1773-1838). [5]
Dibujo de Algarra en el Álbum de Doña María de Sevillano. |
En
1839, siendo estudiante universitario en Toledo, participa en una función
benéfica como actor de dos piezas teatrales breves de Bretón de los Herreros,
primera muestra de que su aprendizaje pictórico correría a la par de su afición
a las tablas de la escena ya desde el inicio de su carrera artística. [6]
Ya en
la Exposición de la Academia de San Fernando de 1840 participa con dos
retratos, según datos de la clásica biografía de Ossorio y Bernard que no hemos
podido contrastar. [7] En el
curso 1842-1843, encontramos a Algarra matriculado en la Academia de Bellas
Artes de San Fernando. [8]
En
1842 se hallaba inscrito en la Compañía de Granaderos del Segundo Batallón de
la Milicia Nacional de Madrid, circunstancia que hace suponer su vinculación con
la causa progresista y que explicaría su marcha a París a la caída del regente
Baldomero Espartero en 1843. [9]
En la capital francesa permaneció hasta 1846, cuando de nuevo encontramos
referencias documentales de su doble actividad artística en Madrid. [10]
3.- INICIO DE LA CARRERA ARTÍSTICA EN MADRID
(1846-1851). De vuelta en
Madrid tras sus años parisinos, Algarra simultanearía su dedicación al canto y
a la pintura. En cuanto a su carrera musical, intervino como tenor aficionado
en numerosas veladas y conciertos en Madrid en el período 1846-1851. [11]
Dibujo de Algarra en el Álbum de Doña María de Sevillano. |
1847: En marzo de 1847 participa en un dúo de la ópera
“Belisario” de Donizetti en una función de una academia artística en presencia
de la reina Isabel II; en julio del mismo año participa en un concierto en casa
de la marquesa de Villaseca, interpretando piezas del joven compositor D.
Ignacio Ovejero (1828-1889); en octubre de idéntico año interpreta el dúo de
“Belisario” en un concierto benéfico en el Teatro del Museo; y en diciembre del
referido año 1847 interpreta una cavatina de la ópera “L’esule di Roma” de
Donizetti en un concierto en el domicilio de la profesora de música
señora Pieri. [13]
1848: En
junio de 1848 se celebra la gala de reinauguración del Liceo con recital
poético, comedia y concierto, en el cual Algarra interviene con la
interpretación lírica de un terceto de “La Vestale” del compositor Saverio Mercadante. [14]
Portada del libreto de "La conquista de Granada", 1850.
|
1850: Quizás el hito más relevante de su carrera musical
en estos años sería su participación en 1850 en el estreno de la ópera “LA CONQUISTA DI GRANATA”, compuesta
por Emilio Arrieta y escrita con texto en italiano y castellano por Temistocle
Solera. La representación se celebró en sesión privada en el teatro del Palacio
de Oriente como regalo a la reina Isabel II por su vigésimo cumpleaños. El
estreno público de esta ópera se retrasaría hasta 1855, año en el que con el
nuevo título de “ISABEL LA CATÓLICA” se dio a conocer en el Teatro Real.
Algarra representó el papel de Boabdil tanto en el estreno de la ópera ante la
reina Isabel II en 1850, como en su estreno público en el Teatro Real en 1855. [16]
1851: En 1851 participa en un dúo de la ópera “Attila”
de Verdi en casa del citado profesor de música D. Ignacio Ovejero. [17]
Escena final del estreno de la ópera "La conquista de Granada". |
1847: En la Exposición de Pintura de la Real Academia de
San Fernando de 1847 (trasladada circunstancialmente en aquella ocasión al
Museo de la Trinidad), Algarra exhibe dos retratos, uno del tenor José Cagigal
y otro de la profesora de canto Josefa Pieri. La prensa publicaba el siguiente
comentario crítico sobre sendos retratos: “Entre
los cuadros (retratos la mayor parte) de tercero, cuarto, quinto y pésimo orden
que cubren las paredes del gran salón y claustro de la Trinidad hay bien poco
que escoger. Citaremos tan solo uno del Sr. Algarra que representa al Sr. José Cagigal,
tenor de la capilla real. No ha estado tan feliz el mismo pintor al querer
trasladar al lienzo la figura de la señora Pieri, conocida profesora de canto
de esta corte. El colorido es malo, el dibujo incorrecto y el conjunto pésimo”.
[18]
1849: En 1849 participa con tres retratos y un “San Juan
predicando en el desierto” en la Exposición de Bellas Artes del Liceo; en este mismo
año el marqués de Fuentes de Duero compra uno de los últimos cuadros de nuestro
autor. [19]
1850: En 1850 circula por Madrid “un bello retrato en litografía del señor duque de Alba”, obra de
nuestro autor; en el mismo año, junto a otros pintores, colabora como
ilustrador en la edición de “La
conjuración de México o los hijos de Hernán Cortés” de Patricio de la Escosura. Junto a estas
líneas, reproducimos un dibujo de Hernán Cortés firmado por Algarra en el tomo
I de esta novela histórica. [20]
1851: En marzo de 1851 da a conocer un “San Francisco de
Asís” dedicado a S. M. el rey Francisco de Asís de Borbón. [21]
4.- FORMACIÓN PICTÓRICA EN INGLATERRA
(1851-1857). Por motivos que desconocemos, en la primavera de 1851, Algarra emigró a
Londres, donde subsistió como barítono y oficial de decoraciones teatrales, a
la vez que se formó en la técnica de la acuarela en el taller del pintor británico Henry Burdon Richardson (1826-1874) y en la academia de James Mathews Leigh (1808-1860). [22]
Henry
Burdon Richardson, hijo del conocido paisajista y acuarelista Thomas Miles
Richardson (1784-1848) y hermano de otros cinco reconocidos pintores, daba
clases de dibujo y pintura en su Newcastle natal. Por su parte, James Mathews
Leigh fue un artista londinense conocido por su prestigiosa escuela de pintura
“Leigh’s Academy”.
Según
el estudio biográfico de Ossorio y Bernard, nuestro artista alcanzó gran
reputación al pintar por encargo para el barón Beyle un cuadro titulado
“Soldados de Cromwell leyendo la Biblia”. [23]
Para el historiador del arte Fernando Alcolea, nuestro protagonista “fue uno de los artistas pioneros españoles
en recibir de primera mano las enseñanzas directas en Inglaterra de la técnica
de la aguada”. [24]
5.- CONTINUACIÓN DE SU CARRERA
LÍRICO-DRAMÁTICA EN MADRID (1857-1868). A la vuelta a
Madrid tras su experiencia inglesa en 1857, Algarra reanuda su constante
dedicación a la doble vertiente de su actividad artística. En el ámbito musical
y escénico, en la prensa de la época encontramos continuas referencias a su
participación en conciertos y comedias. [25]
Retrato del cantante Lázaro María Puig por Algarra. |
1857: En septiembre de 1857 participa en un concierto en
el domicilio de D. Mariano Vázquez ejecutando dúos de “I Puritani” de Bellini y
de “Lucía de Lammermoor” de Donizetti;
en diciembre del mismo año, interpreta romanzas y dúos en una
celebración social auspiciada por D. Teodoro Robles. [26]
1858: En 1858, en casa de D. Jacinto Sars, ejecuta varias piezas
musicales en compañía de Lázaro Puig y otros conocidos artistas, aficionados y
profesores de música. [27]
1859: En 1859, constituye junto con otros aficionados un
Liceo lírico-dramático dentro de la Sociedad de Bellas Artes, que organizará
una serie de funciones musicales y teatrales en diversos escenarios madrileños.
En la función inaugural, celebrada en abril de 1859, interpreta con éxito un
papel en la comedia “La frutera de Murillo” de Rafael García Santisteban; en
junio de idéntico año, con la misma sociedad participa en la representación de
la comedia “En crisis” de Narciso Serra; en octubre, para la citada sociedad
representa el papel de Bartolo en la comedia de Bretón de los Herreros “El
amante prestado”; al margen de la sección dramática de la Sociedad de Bellas
Artes, en julio de este año 1859, canta
en una velada poético-musical en el domicilio de D. Antonio Rotondo. [28]
Retrato de Lázaro María Puig como Flavio en Lucia di Lamermoor, por Algarra. |
1860: En 1860, ejecuta varias piezas acompañado al piano
en una reunión en casa del célebre prestidigitador Mr. Herrmann. [29]
1861: En abril de
1861, en el Liceo Piquer, representa un papel en la comedia “Bruno el tejedor”
de Ventura de la Vega; unos meses más tarde, en junio del mismo año y en el
mismo escenario, participa como tenor en un concierto dedicado a distintas
piezas de “Los Hugonotes” de Meyerbeer y ”El Trovador” de Verdi. [30]
1866: En 1866, canta
en diversas veladas artísticas como, por ejemplo, en la reunión de escritores y
artistas en casa del pintor Sr. Gonzalvo o en las soirées celebradas en los salones de los Sres. de Álvarez, donde
participa con el “Stabat Mater” de Schubert y con una composición coral de
François Bazin. [31]
Retrato del compositor Baltasar Saldoni por Algarra. |
1867: En 1866 y 1867, ejecuta piezas vocales en una
serie de conciertos en casa de los Sres. Delgado Jugo, “con que los ilustrados esposos dan testimonio de su gusto artístico y
de su exquisita amabilidad”. Los citados conciertos serían las últimas
noticias conocidas de la actividad lírica de Algarra. [32]
En
conclusión, desde su regreso de Londres en 1857 hasta la Revolución de 1868,
con el escaso hiato de algunos años, puede decirse que Algarra dedicó continua
atención a su carrera escénica, tanto en su faceta de actor cómico, como en su
faceta de cantante lírico. La prensa de la época valoraba que tenía “una extensa y poderosa voz de bajo” y
que era “tan aplaudido pintor como
cantante”, alabándose su versatilidad y asegurando que “pinta, canta, hace versos y declama, todo con buen acierto”. [33]
Algarra
debió ser habitual intérprete lírico en veladas y conciertos del momento… hasta
el punto de mencionarse su figura en artículos de costumbres sobre el Madrid de
la época. Así ocurre en un artículo del periodista Eduardo Saco titulado “Las
madres de teatro”, donde se hace burla de una madre empeñada en probar el
talento musical de su hija con argumentos tales como: “Pues que, ¿no la ha aplaudido a rabiar medio Madrid, en el Liceo
Piquer?... Oiga usted, oiga usted a Alzamora y a Algarra, que cantaron con ella
el coro de Los Hugonotes y la romanza Ti ho scritto varie volte!....”. [34]
6.- CONTINUACIÓN DE SU CARRERA PICTÓRICA
EN MADRID (1857-1868). Paralelamente, a
su regreso de la experiencia inglesa, Algarra desarrolló también una intensa
actividad en el ámbito de la pintura, de lo cual tenemos regular constancia en
la prensa de la época.
Vista de Escocia por Algarra, 1858, Museo del Prado. |
1858: En 1858, concurre a la Exposición Nacional de
Bellas Artes con cinco cuadros, de ellos cuatro acuarelas, que merecían el
siguiente juicio en la prensa de la época: “Los
adelantos que ha hecho en el extranjero en el procedimiento del lavado, le
colocan a una altura que en acuarelas a pocos es dado alcanzar”. En esta
edición obtuvo una Mención honorífica de Tercera clase por la acuarela “Una
vista de Escocia”, que fue adquirida por el Estado y hoy se conserva en el
Museo del Prado. Según Reyero Hermosilla, “la
obra es una preciosa acuarela que representa un paisaje, seguramente lacustre,
entre montañas, dentro de una visión claramente romántica de la naturaleza en
la línea de Jenaro Villaamil”. [35]
1859: En 1859 participa en sesiones prácticas de la
sección de pintura de la Sociedad de Bellas Artes, consistentes en reuniones en
las que cada artista ejecuta una improvisada pintura, siendo rifadas o
subastadas las obras resultantes. En ocasiones, estas sesiones congregaban a
las plumas de los poetas junto a los pinceles de los pintores, bajo la
presidencia común de Ramón de Campoamor.
En idéntico año de 1859, concurre con un paisaje a la acuarela en la Exposición
de pintura de la Sociedad de Bellas Artes. [36]
Paisaje por Algarra, 1862, Museo del Prado. |
1861: En 1861 exhibe unas acuarelas en la céntrica
librería de Moro en Madrid recibiendo elogios por dar pruebas de no haber “olvidado
las máximas de su maestro Richardson”. [37]
1862: En 1862 participa en la Exposición Nacional de
Bellas Artes con “dos cuadros de
costumbres, uno de ellos representando las de la época de Luis XV y un país”.
En esta edición recibió una Mención ordinaria por un paisaje. Asimismo, en
idéntico año, el establecimiento comercial “La Dalia Azul” expuso dos paisajes
al óleo obra de Algarra. [38]
1864: En 1864 participa en la Exposición Nacional de
Bellas Artes con un retrato y dos acuarelas, logrando una Mención honorífica
ordinaria por un retrato. [39]
Paisaje por Algarra, 1862, Museo del Prado. |
1866: En 1866 se ponía a la venta en las principales
librerías madrileñas un retrato litografiado de Méndez Núñez realizado por
nuestro autor. [40]
1867: En 1867 aporta un paisaje al óleo y dos acuarelas
a la Exposición Nacional de Bellas Artes, obteniendo una Mención honorífica de
Tercera clase y mereciendo que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
recomendase al Ministerio de Fomento la adquisición, entre otras, de una de sus
obras. [41]
1868: En 1868 el Ateneo de Madrid encarga a varios
artistas la elaboración de una galería de retratos de los socios más ilustres
de la historia de la institución, correspondiendo a nuestro autor el retrato de
Nicomedes Pastor Díaz. [42]
1870: En 1870, ya fuera de este período, pinta un
“Cristo” para la nueva iglesia del Barrio de Salamanca. [43]
Paisaje de Cosme Algarra, Biblioteca Nacional de España. |
Las
aportaciones de Algarra a diferentes certámenes recibieron, en ocasiones,
comentarios críticos a lo largo de este período. Así, en 1862, se observaba del
pintor caudetano que como paisajista era “más
aficionado a leer en su fantasía, que en el libro difícil de la naturaleza”.
En 1867, se abundaba en la misma línea, indicando lo siguiente: “Todos conocemos desde hace tiempo a este
artista y apreciamos sus buenas dotes, tanto para elegir puntos de vista como
luces y efectos de perspectiva; pero sigue el mismo de siempre en el colorido;
de suerte que sus cuadros se distinguen por su fría y pobre entonación.
Debiendo tener sin duda más verdad y mayor efecto donde se vean solos y
aislados, que al lado de otros cuadros en que se encuentran tonos muy decididos
y efectos muy picantes”. [44]
Paisaje por Algarra en el Museo de Jaén. |
En
cambio, otros comentarios resultaron más elogiosos para nuestro artista. Así,
en 1861, con motivo de la exposición de unas acuarelas de Algarra en la
librería Moro, sita en la Puerta del Sol, se consideraba que “a la armoniosa entonación que sabe dar a
sus cuadros, une la gracia y el buen gusto en la composición, y el acierto para
tomar del natural lo más agradable y bello en el paisaje”. [45]
Sin
embargo, quizás la mayor distinción recibida con motivo de estos certámenes
sería para Algarra la dedicatoria poética que le ofrecería su amigo Manuel del Palacio (1831-1906), en su
obra “Función de desagravios”, colección de poemas en homenaje a la pintura
publicado con motivo de la Exposición Nacional de 1862. La dedicatoria poética
de Manuel del Palacio, sin duda, alude a los paisajes o países presentados por
Algarra a la Exposición de aquel año: [46]
“La bella
naturaleza
más bella en tus manos es;
yo viviera en tus países
si dejaran escoger”.
Aparte
de su actividad académica y su participación en certámenes artísticos, Algarra
realizó otras actividades pictóricas de carácter más industrial o decorativo.
Así, por ejemplo, en 1863, pintó el nuevo telón de boca para el Teatro de
Bilbao; y en 1868, pintaría unas flores en las paredes del “Café Suizo”. [47]
7.- LA ACADEMIA DE ACUARELA EN 1862. En pleno florecimiento de su doble carrera
artística en este período madrileño de 1857 a 1868, observamos un paréntesis en
su actividad en torno a los años 1862-1864, que suponemos relacionado con la
creación de una academia de acuarela y la publicación de un manual de pintura.
Acuarela por Algarra en el Museo de Córdoba. |
En
1862, nuestro protagonista abriría, junto con Federico Ruiz, “una academia para enseñar a pintar la
acuarela, dándose también lecciones de país y figura”. [49]
En 1866, Cosme Algarra comenzaría a enseñar la técnica de la acuarela en la Sociedad
de Bellas Artes, nacida del Liceo Artístico y Literario de Madrid, si bien la
iniciativa no habría de prosperar. [50]
A
mediados de 1866, el pintor Mariano
Fortuny (1838-1874) visita el Museo Real para copiar obras del Tintoretto,
Tiziano, Velázquez, Goya, etc. Son sus compañeros habituales en estas
excursiones artísticas Cosme Algarra y José Vallejo, de cuyo afán de aprender
del maestro es prueba la siguiente anécdota: “Ambos acompañaban a Fortuny cuando iba a
hacer sus copias al Museo, y llenábanse de asombro al verle, por ejemplo, que
después de copiar con admirable exactitud la célebre infantita de Velázquez,
ponía esta copia a la acuarela bajo el caño de una fuente para repintarla más
tarde sobre los fundidos colores”. [51]
8.- EL “MANUAL DEL PINTOR” DE 1864. Al regreso de
Inglaterra de Algarra en 1857, la prensa madrileña daba cuenta de la inminente
publicación de tres obritas sobre pintura traducidas del inglés por nuestro
protagonista: “La primera es un manual
que trata del modo de hacer las tintas (…) La segunda y tercera se ocupan con
la pintura al óleo y acuarela, tratando extensamente estas materias, puestas al
alcance de las personas más ajenas al arte y muy útil, por consiguiente, para
los principiantes que desean adquirir los primeros rudimentos en su carrera”.
[52]
Portada del "Manual del pintor", edición de 1877. |
En el
Prólogo de este manual, su autor expone sus intenciones pedagógicas y presenta
sus circunstancias personales en términos muy parecidos a los datos biográficos
que conocemos acerca de Cosme Algarra: “Ni
mi práctica de más de veinte años, ni los estudios que durante mi permanencia
en el extranjero he podido hacer al lado de distinguidos profesores de gran
nombre en el arte, ni seis años que, dedicado casi exclusivamente al género de
la acuarela, permanecí en Inglaterra, el país en que con más esmero se cultiva
este género, ni cuantas circunstancias pudiera reunir a favor mío, me hubiesen
dado osadía bastante para emprender un trabajo que siempre hubiera creído superior
a mis débiles fuerzas, a no haberme auxiliado obras extranjeras escritas por
personas tenidas por competentes, las cuales he consultado detenidamente”. [54]
9.- BANQUETE ARTÍSTICO-LITERARIO CON EL
MARQUÉS DE SALAMANCA EN 1859. A su regreso a Madrid tras sus años londinenses,
Algarra formaba parte de un bohemio grupo de jóvenes literatos y artistas que
se reunían habitualmente en el “Café Suizo” madrileño. La nómina de habituales
en esta tertulia incluiría pintores como Eduardo Rosales, José Casado del
Alisal, Antonio Gisbert, Domingo Valdivieso, José Vallejo, y literatos como
Gustavo Adolfo Bécquer, Juan Antonio Viedma, Manuel del Palacio, etc. [55]
El Café Suizo de Madrid hacia 1873. |
“Carta
cariñosa y franca
que escriben con efusión
doce hombres de corazón
a D. José Salamanca.
Nos, los abajo firmantes,
muchachos de porvenir,
que se acaban de reunir
con dos pesetas sobrantes;
viéndole pasar la vida
pródigo siempre y fecundo
convidando a todo el mundo
mientras nadie le convida;
queremos aunque sin blanca
nos halle el veinte de enero,
gastarnos aquel dinero
con D. José Salamanca…”
Continuaba
la festiva invitación detallando el lugar de la cita, el humilde menú al que se
convidaba y ofreciendo garantías de que no se hablaría de política ni se
aprovecharía la ocasión para inoportunas peticiones. La carta estaba firmada
por los doce habituales tertulianos del Café Suizo, entre quienes destacaremos
la presencia de Manuel del Palacio, Luis Rivera, Ramón Rodríguez Correa, Francisco Asenjo Barbieri, Cosme
Algarra, etc. Contra todo pronóstico, Salamanca respondió, aceptando la
invitación, en versos urdidos por su amigo Ramón de Campoamor:
“Acepto con
gran placer
vuestra franca invitación
y así podremos saber
lo bien que saben comer
los hombres de corazón…”
Llegada
la celebración del banquete, en el momento de los brindis, cada uno de los
comensales hizo su discurso o recitado de versos para la ocasión, improvisando
Algarra los siguientes octosílabos:
“Señores, es
mucho cuento,
pero no es una aprensión;
yo de diez mil hago ciento
y otros de mil un millón.
¿Consistirá en el talento?
Entonces soy un melón”.
El Café Suizo la noche de adjudicación de premios a los artistas expositores, “La Ilustración Española y Americana”, 1871. |
No debemos extraer de la anécdota de esta pintoresca cena, sin embargo,
la conclusión de que Algarra y su círculo de amistades constituían un grupo de
artistas marginales en la sociedad madrileña del momento. Al contrario de esta
apariencia, todos ellos habrían de prosperar en su consideración y prestigio
social en los años siguientes. Así, por ejemplo, en 1864, encontramos a nuestro
protagonista como uno de los asistentes, junto a una completa nómina de
escritores y artistas del momento, a la reunión en casa de D. Eduardo Asquerino
donde se trató de la creación del Teatro Nacional. Igualmente, pruebas de esta
promoción pública serían su nombramiento como director de un importante museo
en 1868 o su ingreso como socio del Ateneo de Madrid en 1870. [58]
10.- DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE
PINTURAS DE 1868 A 1872. A raíz de la Revolución de septiembre de 1868,
Cosme Algarra es nombrado, en noviembre de aquel mismo año, director del Museo
Nacional de Pinturas (o Museo de la Trinidad). En la prensa del momento se
exponían los siguientes méritos para que Algarra ocupara este cargo: “…aparte de su renombre en el arte de
Apeles, sus viajes, sus estudios y conocimientos literario-filológicos, pues
posee cuatro idiomas, es todo lo que se llama un liberal de pura sangre; tan
liberal, que por la defensa de esta gran
causa perdió todo su patrimonio”. [59]
Escalera del Museo de la Trinidad, "Guía de Madrid", 1876. |
Escasos
meses ocuparía Algarra el cargo de director de museo ya que un decreto de 1870
habría de ordenar la fusión de los dos museos nacionales, el Museo de la
Trinidad y el Museo Real (o del Prado), suprimiendo el primero de estos dos
establecimientos y adscribiendo todos sus fondos al segundo, que pasaría a
llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura. Algarra cesó como director del
desaparecido museo y fue designado miembro de la Comisión encargada de proponer
las bases para refundir en un solo establecimiento los museos nacionales del Prado
y de la Trinidad. Esta Comisión se constituyó en 1870 y quedó disuelta en 1872.
[60]
Años
después, en febrero de 1881, la prensa madrileña se haría eco del posible
nombramiento de Algarra para la plaza de conservador del Teatro Real. Un diario
satírico se burlaba de este rumor con los siguientes versos: [61]
“Sin duda
tiene algún tinte
de verdad esta noticia,
y el darle cargo es justicia;
pero para que no pinte”.
Asimismo,
en mayo del mismo año 1881, la prensa madrileña volvería a especular con otro
posible nombramiento para Algarra, en este caso se trataría de la plaza de
director del Museo del Prado vacante por fallecimiento de Francisco Sans Cabot.
Finalmente, sería designado para la dirección del gran museo Federico de
Madrazo y Kuntz. [62]
10.- RETRATISTA Y RETRATADO EN TORNO A
1870. Cosme Algarra cultivó con notable éxito el retrato y fue, a su vez,
objeto de un espléndido retrato realizado por Federico de Madrazo y Kuntz (1815-1894). A continuación,
consideraremos sendas muestras de ambas facetas del artista caudetano, como
pintor retratista y como personaje retratado, fechadas ambas en torno al año
1870.
El pintor Cosme Algarra por Madrazo (detalle), 1870. |
Simultáneamente
a ser objeto de retrato por Madrazo, Cosme Algarra ejercía como retratista
respetado en su época. Así, por ejemplo, en 1866 se ponía a la venta en las
principales librerías madrileñas un retrato litografiado de Méndez Núñez, obra
dibujada por nuestro autor; y en 1868 el Ateneo de Madrid encargaba a una serie
de artistas de la época la elaboración de una galería de retratos de los socios
más ilustres de la historia de la institución, correspondiéndole a nuestro
autor el retrato de Nicomedes Pastor
Díaz. [64]
Manuel Ruiz Zorrilla por Algarra, 1869. Museo de Albacete. |
En
1869 está datado un conocido retrato que Algarra realizó al importante político
liberal Manuel Ruiz Zorrilla, quien
aparece sedente, mirando de frente al espectador, si bien con el cuerpo
ligeramente girado a la derecha, brazo izquierdo sujetando guantes y apoyado
sobre reposabrazos, mientras la mano diestra recae sobre un escritorio donde
resalta un ejemplar de la “CONSTITUCIÓN DEMOCRÁTICA DE 1869”. Junto a otras
condecoraciones sin identificar, Ruiz Zorrilla luce la Banda azul y blanca de
Caballero con la Gran Cruz de Carlos III, correspondiente al cargo de Ministro del
Gobierno. En el ángulo inferior derecho
se lee la inscripción: “Al Excmo. Sr. D.
Manuel Ruiz Zorrilla. Homenaje de respetuoso afecto”, seguido de la firma del
autor y la fecha de “1869”.
Suponemos
que este retrato debió concluirse en la segunda mitad del año 1869, ya que la
Constitución de 1869 fue promulgada a principios de junio de aquel mismo año.
Ruiz Zorrilla aparecería representado aquí con la condecoración propia de su
cargo como Ministro de Fomento, que ocupó desde octubre de 1868 hasta mediados de
julio de 1869 (o acaso como Ministro de Gracia y Justicia, cuya titularidad
ostentó desde mediados de julio de 1869 hasta enero de 1870). Resulta
significativo observar que unos meses antes de la ejecución de este retrato, a
finales de 1868, Algarra había sido designado director del Museo de la Trinidad
precisamente por el entonces Ministro de Fomento, Ruiz Zorrilla. [65]
El retrato realizado por Algarra fue adquirido en 2006 por el Museo de Albacete, constituyendo la
única obra de su autor conservada en un museo de su provincia natal. [66]
12.-
LAS PATENTES INDUSTRIALES EN LOS AÑOS 1878-1880. En el período 1878-1880 encontramos a Algarra inmerso en el patrocinio
de una serie de patentes industriales relacionadas con los sistemas de riego.
1878: En 1878 obtiene patentes de invención por un “paralelogramo hidráulico de tubos comunicantes” y una “faja hidráulica para elevar aguas”
ideada para “sustituir
a la antigua y costosa noria árabe”. [67]
Paisaje de Algarra, 1868, fotografiado por Laurent, Museo del Prado. |
1879: En 1879 se expiden a su nombre patentes de
invención “por mejoras en la construcción
de las norias” y “por un empalmador,
agarradera o gatillo para asegurar uno o los dos extremos de uno o más
alambres, cuerda o cable vegetal o metálico”. [68]
1880: En 1880 se registra a nombre de Cosme Algarra y
Rafael Saldaña la patente de “un aparato
para elevar agua titulado La Nueva Noria”. En idéntico año, publicaciones
periódicas de diversas provincias anunciaban esta última invención con una
referencia a la carrera artística de su creador: “¿Habrán oído hablar de un pintor que hace preciosas acuarelas y
paisajes bellísimos? Aludo a Cosme Algarra. Pues bien, si quieren ustedes que
se ponga contento y hasta que se entusiasme, no le hablen ustedes de sus
pinturas sino de la noria que ha inventado, y que pueden ver funcionar los que
necesiten aparatos de este género, en el Jardín Botánico de Madrid”. [69]
En la
actualidad, todas estas patentes están registradas en la base de datos de la
Oficina Española de Patentes y Marcas. [70]
13.- LOS FRACASOS ECONÓMICOS DE LOS NEGOCIOS INICIADOS EN 1872 Y
1882. Simultáneamente a la promoción de sus
patentes, Algarra realizó una serie de fallidas inversiones que, a la postre,
habrían de conducirle a la ruina económica. Así, un primer negocio frustrado
consistiría en los proyectos de regadío para 80 fanegas de tierra que Algarra
había arrendado en las afueras de la Puerta de Atocha para un período de tres
años. Para tal fin, en abril de 1872, Algarra había conseguido que el
Ayuntamiento de Madrid le cediese en arrendamiento la posesión de las aguas fecales
para riego por término igualmente de tres años. Completaban la inversión de
Algarra los gastos de alcantarillado para la conducción de las aguas residuales
desde el desagüe general del arroyo de Carcabón hasta las tierras previamente
arrendadas.
Retrato del compositor Francisco Asenjo Barbieri por Algarra. |
Unos años después, volveremos a
tener noticias de las graves consecuencias que supuso para Algarra un segundo
fallido negocio, también relacionado con la explotación de las aguas residuales
madrileñas. En efecto, en la Sesión de Cortes en el Congreso de los Diputados
de 30 de junio de 1894, el diputado Sr. Francisco Lastres y Juiz interpeló al
Ministro de la Gobernación, Sr. Alberto Aguilera Velasco, a fin de reclamar
amparo para “un ciudadano desvalido contra los atropellos del poder público”,
en alusión a nuestro protagonista.
Retrato del escritor Antonio Flores por Algarra. |
Sin embargo, según el diputado Lastres,
el Ayuntamiento revocaría poco después la concesión de manera arbitraria y
Algarra se vería obligado a pleitear nuevamente en defensa de sus intereses. La
reclamación de Algarra había quedado, finalmente, a expensas de la resolución
del gobernador civil de Madrid, que se había demorado durante años y todavía se
hallaba pendiente. En el curso de esta larga espera, Algarra había perdido sus
ahorros y se hallaba, literalmente, “en
la miseria”. Por todo lo expuesto,
el diputado Lastres rogaba al Ministro de la Gobernación que removiera los
obstáculos administrativos necesarios para resolver el expediente del señor
Algarra y, así, “poner término a una
situación verdaderamente abusiva e intolerable para el insigne pintor”.
Retrato de Basilio Sebastián Castellanos de Losada por Algarra. |
Suponemos que ambos fracasos
empresariales, por negocios iniciados en 1872 y 1882, respectivamente, habrían
de recomendar a Algarra el abandono de su carrera como promotor de patentes
industriales y obligarían a nuestro autor a su regreso a la pintura por
acuciantes necesidades económicas.
14.- RETORNO FINAL A LA PINTURA EN
1879-1895. En su senectud, impulsado por las circunstancias, volvió Algarra con
renovados bríos a frecuentar la creación artística y, así, en la prensa de la
época se encuentran continuas noticias sobre sus crepusculares creaciones.
Salón del Ateneo, "Guía de Madrid", 1876. |
1882-1885: Entre 1882 y 1885 se editó la revista madrileña
ilustrada “Los Sucesos”, primera publicación española especializada en crímenes
y causas célebres, para la que Algarra dibujó varias láminas. [74]
1882: En mayo de 1882, contribuye con la acuarela “Las
lavanderas” a la exposición de la
Sociedad de Acuarelistas en el local de esta asociación, calle de la
Misericordia, número 2. En junio de idéntico año 1882, Algarra participa en una
Exposición artística celebrada en el palacio de la calle Olózaga, propiedad del
Sr. Aranzana, contribuyendo con dos lienzos pequeños, “Una maja” y “La fuente”.
[75]
1883: En 1883, la prensa informa de que varios artistas
se han ofrecido desinteresadamente a decorar el nuevo edificio del Ateneo,
correspondiendo a nuestro protagonista, junto a otros pintores, la decoración
del salón estilo Renacimiento. [76]
1884: En 1884, participa con dos retratos y una acuarela
en la Exposición literario-artística organizada por la Asociación de Escritores
y Artistas. [77]
1885: En 1885, participa con un paisaje en la Exposición
en el Ateneo de obras donadas para una rifa en auxilio de las víctimas del
terremoto de Andalucía. [78]
Exposición del Círculo de Bellas Artes por Picolo, “La Ilustración española y americana”, 1889. |
1889: En 1889, el Ministerio de Fomento adquiere su
alabado cuadro representando a “San Francisco en éxtasis”, que había sido
expuesto con gran éxito en la Exposición de Pinturas del Círculo de Bellas
Artes celebrada aquel mismo año en el Pabellón de Cristal del Retiro. Junto a
estas líneas reproducimos un grabado con una vista de esta Exposición, obra de
Manuel Picolo. [80]
1890: En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1890,
aporta seis cuadros (tres de ellos acuarelas), destacando una “Rosa mística” y
un “San Francisco de Asís”. Junto a estas líneas reproducimos un grabado
dedicado a la “Apertura de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1890:
Exterior del Palacio de la Exposición a la llegada de los invitados oficiales”.
[81]
1891: En la Exposición del Círculo de Bellas Artes
inaugurada en mayo de 1891 en el Pabellón de Cristal del Retiro, nuestro
artista concurrió con tres acuarelas, un país y un boceto de San Antonio. [82]
1892: En la Exposición del Círculo de Bellas Artes de 1892, Algarra acude con una acarela titulada "Novillada", a juicio de la prensa, "algo desdibujada y con bastante movimiento". En la Exposición nacional de Bellas Artes de 1892,
presenta el lienzo “Los bandidos”, la escena costumbrista “Para mi Santo” y el
cuadro místico “Consolatrix aflictorum”. La valoración general de estas obras
por parte de cierto sector de la prensa resultaba en extremo crítica hacia
nuestro autor: “Todo lo de Algarra bien
dibujado, pero sin expresión y frío de color”. Asimismo, en el mismo año de
1892, la prensa anuncia un establecimiento comercial donde se presenta al
público “una verdadera exposición de
abanicos pintados por Cosme Algarra”, entre otros pintores. [83]
Apertura de Exposición Nacional de Bellas Artes, "La Ilustración española y americana, 1890. |
1894: Expone sus obras “Feria de gitanos” y “Purísima
Concepción” en la Exposición de Cádiz de
1894. En su libro “Ojeada cómica a la Exposición Libre de Bellas Artes de
1894”, el periodista José Epila, alias “Latiguillo”, dedicó los siguientes
versos humorísticos a ambos cuadros. En primer lugar, respecto de “Feria de
gitanos”, decía jocosamente: [85]
“¡Dios
mío, qué cosas malas
no
harán aquellos gitanos,
que
hasta el cielo, por no verlas
de
nubes se ha encapotado!”
Asimismo,
respecto de la obra “Purísima Concepción”, festejaba al autor con los
siguientes versos:
“La
divina Concepción
la
envuelve el autor en nubes
del
color del pimentón.
Algarra,
si al cielo subes,
no
has de encontrar el perdón.”
Vista del Museo de Arte Moderno, 1898. |
1898: En 1898, se
inauguró el extinto Museo de Arte Moderno, en una de cuyas salas se exhibía un
paisaje de nuestro artista. Junto a estas líneas, reproducimos un grabado de
“La Ilustración española y americana” donde se aprecia una vista de la
sala en la que figuraba la obra de
Algarra junto a otros cuadros, entre los que se distinguen en primer plano las
obras “Doña Juana la Loca” de Francisco Pradilla y “Un lance del siglo XVII” de
Francisco Domingo Marqués. [87]
En
1898, la prensa madrileña se hacía eco de la noticia de su fallecimiento. [88]
15.- CONCLUSIÓN.
En el presente artículo nos hemos propuesto ordenar los datos biográficos
acerca de Cosme Algarra, disponibles en documentos y hemerotecas digitales,
corrigiendo o poniendo en cuarentena la información, a veces escasamente
contrastada, que se viene repitiendo a partir del esbozo biográfico trazado por
Ossorio en su “Galería Biográfica de Artistas Españoles del siglo XIX”. La
aportación de este compendio de nuevos datos nos ha permitido perfilar con más
veracidad y concreción la figura de nuestro olvidado artista decimonónico, cuya
polifacética y compleja personalidad esperamos pueda emerger a partir de este
acercamiento.
La vida de Cosme Algarra estuvo,
ciertamente, repleta de azarosos avatares. Inició su carrera artística hacia
1840, dedicado por igual al arte escénico y pictórico. Su compromiso con la
causa liberal debió animarle a su exilio parisiense de 1843-1846. Al cabo de
estos años en tierras francesas, retornó a prodigar su doble actividad
artística, como intérprete lírico del repertorio romántico en boga (Verdi,
Donizetti, Berlioz, Schubert, Meyerbeer, etc)
en salones y teatros y, a la vez, como pintor participante en exposiciones de
bellas artes, especializado en retratos y escenas de temática religiosa. Por
razones que ignoramos, volvió a fijar su residencia fuera de España durante el
período 1851-1857, en este caso en tierras inglesas, donde completó su
formación pictórica con el acuarelista Henry Burdon Richardson.
Salón de Pinturas en la Exposición de Bellas Artes de 1858, "El Museo universal",1858. |
Tras
el triunfo de la Revolución de 1868, Algarra alcanzó fugazmente la gloria de
ser director del Museo de la Trinidad durante los años 1868-1870. A partir de
1872, se dedicó a promover patentes industriales e invertir en diversos
proyectos relacionados con la explotación de las aguas residuales de Madrid. El
fallido resultado de estos negocios y la consiguiente ruina económica habrían
de forzar el retorno de Algarra a la pintura, a cuyo cultivo dedicó sus últimos
años durante el período 1879-1895.
En su
dilatada y variada carrera pictórica, Algarra destacó como paisajista,
retratista, ilustrador, decorador, pintor de temática religiosa o histórica,
introductor del cultivo de la acuarela en la pintura española, etc. Sin duda,
su principal faceta pictórica sería la de paisajista, materia en la que ocupa
un puesto en la historia de la pintura española, en una situación intermedia
entre Jenaro Pérez Villaamil (1807-1854) y Carlos de Haes (1826-1898), al decir
del historiador del arte Carlos Reyero: “Hay
que recordar que Algarra es uno de los paisajistas españoles del medio siglo,
nueve años más joven que Villaamil y trece años mayor que Haes y, por lo tanto,
en una situación intermedia entre las visiones amplias de la naturaleza que
proporciona el romanticismo y el realismo que se irá abriendo camino con
posterioridad, aunque tradicionalmente viene siendo incluido entre los
primeros”. [90]
Sin
embargo, en la valoración global de la figura de Algarra no podemos olvidar
otros aspectos de su polifacética personalidad. [91]
A este respecto, vale la pena recordar
que el periodista y poeta
satírico Manuel del Palacio (1831-1906) comentaba de su amigo Algarra “que lo mismo dibujaba una figura que
refería un chascarrillo o cantaba un trozo de ópera”. [92]
Otra descripción similar de
nuestro personaje trazaron Manuel del Palacio y Luís Rivera en una festiva
quintilla dedicada a su común amigo Algarra: [93]
“Ha
sido pintor, bolsista,
cantante,
actor, periodista,
y
al cabo de la jornada,
se
ha quedado sin ser nada
más
que un pobre… absolutista”.
Pintor de paisajes y retratos,
aficionado al canto y al teatro, divulgador de la técnica de la acuarela,
artista polifacético y de accidentada biografía,… esperamos que el presente artículo
pueda contribuir a la reivindicación de la figura de este olvidado pintor del siglo XIX.
[1]
Hemos consultado la siguiente bibliografía sobre Cosme Algarra: Manuel Ossorio
y Bernard, “Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX”, 1883-1884,
Tomo I, páginas 21-22; Bernardino de Pantorba, "Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes", 1980, páginas 365-366; Carlos Reyero Hermosilla, "Noticias biográficas y
artísticas del pintor caudetano Cosme Algarra, último director del Museo
Nacional de la Trinidad", Actas del Congreso de Historia de Albacete,
volumen IV, Instituto de Estudios Albacetenses, 1984, págs. 553-571; Pascual
Clemente López, “¿Sabes quién soy? Cosme Algarra y Hurtado” en “La Tribuna de
Albacete”, 22/04/2011, p. 23; y Fernando Alcolea Albero, “Pintores españoles en
Londres (1775-1950)”, 2016, Capítulo III
“Artistas españoles en Londres (1775-1866),
págs. 32-36. Las inexactitudes biográficas del estudio pionero de Ossorio
y Bernard se repiten en la bibliografía posterior (excepto en el caso del
estudio de Fernando Alcolea) y hallan su eco en la ficha del autor en la
Wikipedia, el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la
Historia, etc.
[2]
La partida de nacimiento de Algarra ha sido publicada por Carlos Reyero
Hermosilla, op. cit., pág. 558. Las referencias a ambos, padre y hermano de
Cosme Algarra, como escribanos en autos judiciales son continuas en la prensa
de la época. Francisco Algarra y Hurtado hizo carrera administrativa en
provincias y, tras la Revolución Gloriosa, fue nombrado “visitador de
estancadas de la provincia de Madrid” (“La Correspondencia de España”,
09/01/1869). .
[3]
“Los Diputados pintados por sus hechos: Colección de estudios biográficos sobre
los elegidos por el sufragio universal
en las Constituyentes de 1869”, Tomo Segundo, Madrid, 1869, páginas
57-58. Según el Índice histórico de Diputados en www.congreso.es hubo un diputado Francisco
Bañón y Algarra, sin duda hermano del anterior, que representó a la misma
circunscripción de Castellón durante el mismo período 1869-1872. En cambio,
suponemos que Cosme Algarra no tendría parentesco alguno con D. Carlos de
Algarra, capitalista en París (casado con la aristócrata francesa Eulalia de
Jonquieres de Algarra), general carlista y consejero áulico de D. Carlos VII de
Borbón.
[4]
Se trata del singular periodista Algarra que ejerció como anfitrión en la
visita de Sinesio Delgado a Albacete narrada en “España al terminar el siglo
XIX” (1897-1900).
[5] Manuel Ossorio y Bernard, op. cit., tomo I,
pági. 21.
[6]
“Gaceta de Madrid”, 15/04/1839 y “El
Piloto”, 20/04/1839. Las obras de Bretón de los Herreros serían “Marcela o
¿cuál de los tres?” y “El Amante prestado”.
[7]
Los retratos “le valieron mil plácemes de los principales artistas, entre ellos
Tegeo y Esquivel”, según Manuel Ossorio y Bernard, op. cit., tomo I, pág.
21.
[8]
Inscrito en la Sala de Natural en el curso 1842-43, según Esperanza Navarrete
Martínez, “Alumnos de la Sala de Yeso, del Natural y del Colorido de la Real
Academia de San Fernando (1800-1844)”, en “Academia”, Boletín de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, números 106-107, 2008, pág. 204.
[9]
“Gaceta de Madrid”, 01/03/1843.
[10]
Algunos autores como Reyero Hermosilla, op. cit. , pág. 553, sostienen
erróneamente que Algarra permaneció en París desde 1840 hasta 1851.
[11] Según el estudio biográfico
de Fernando Alcolea, la afición de Algarra por el canto lírico se desarrolla
durante su estancia parisina, a la vuelta de la cual perfecciona sus estudios
de canto con el tenor José Cagigal y la profesora de música Josefa Pieri.
[12]
“El tiempo”, 05/06/1846.
[13]
La función de marzo de 1847 ante la reina Isabel II en “El Español”,
24/03/1847. El concierto de julio de 1847 en domicilio de la marquesa de
Villaseca en “La Esperanza”, 12/05/1847. El concierto benéfico en el Teatro del
Museo en octubre en “La Carta”08/10/1847. El concierto en casa de la profesora
de canto señora Pieri en “El Clamor público”, 24/12/1847.
[14] “El Heraldo”, 18/06/1848.
[15] La intervención en la pieza
de Verdi en “El Observador”, 13/02/1849. La participación en la pieza de
Meyerbeer en “La patria”, 14/03/1849. La
colaboración en la misa de Ignacio Ovejero en “La Ilustración”, 19/05/1849.
[16]
“La España”, 22/12/1855.
[17]
“Correo de los teatros”, 09/02/1851.
[18] “El Español”, 31/10/1847
[19]
“En la exposición del Liceo nos ha llamado muy particularmente la atención el
cuadro de San Juan, que ha presentado el conocido pintor señor Algarra, obra de
gran mérito, por la filosofía de su composición, la corrección del dibujo y la
armonía de su colorido” (“El clamor público”,
21/01/1849); “De los tres retratos y un San José del Sr. Algarra, el de
señora gusta sobre todo en los detalles y las ropas” (“El clamor público”, 27/01/1849); “Hemos visto en la exposición
pública del Liceo algunos cuadros del señor Algarra, que están revelando en su
autor el genio del artista y el aprovechamiento del hombre. En otras exposiciones
había presentado algunos retratos, que, si bien para los que conocen el arte
eran dignos de alguna consideración, no estaban a cubierto de ciertas
exigencias, a que obligaban los rasgos de belleza que en ellos se descubrían;
pero, no obstante, se podía pedir mucho al joven pintor, mayormente si
atendemos a que su talento y laboriosidad hacían esperar fecundos resultados.
Hoy ya es otra cosa. El señor Algarra presenta muestras inequívocas de los
prodigiosos adelantos que va haciendo en el arte de la pintura; y si, como no
dudamos, persevera en tan glorioso camino, llegará a colocarse al nivel de
nuestros primeros pintores contemporáneos. Sus retratos, aparte del parecido,
están ejecutados con inteligencia y facilidad; las tintas son transparentes, el
dibujo correcto, y en lo general la manera y proporciones dignas y adecuadas.
Pero en lo que el joven pintor manifiesta su inspiración y talento, en lo que
se conoce el fuego de su imaginación y fuerza de su alma, es en el San Juan predicando en el desierto: en
este cuadro verán los inteligentes reunidas la fe viva de nuestra religión, con
la vigorosa expresión de la naturaleza; es lo mejor y más acabado que de su
autor hemos visto, y lo que más
particularmente ha arrancado las alabanzas que justamente le tributamos”. (“El popular”, 31/01/1849). La compra de un
cuadro por parte del I Marqués de Fuentes de Duero en “La Nación”, 15/08/1849;
“El Clamor público”, 16/08/1849 y “El Popular”, 17/08/1849.
[20]
La información sobre la litografía del duque de Alba en “El Popular”,
04/03/1850: “Hemos visto un bello retrato en litografía del señor duque de
Alba, obra del acreditado profesor señor Algarra. Este artista ha adelantado
tanto que no creemos que haya otro en su género en España que le aventaje, y
aun dudamos que en el extranjero pueda hacerse cosa más perfecta que el trabajo
que anunciamos”. El anuncio de la publicación de Escosura con ilustraciones de
una serie de artistas en “El Sol”, 10/07/1850 y “El Observador”, 19/07/1850.
[21]
“Correo de los teatros”, 23/03/1851.
[22]
Ossorio y Bernard,
en su op. cit., apunta que Algarra se encontraba en París cuando ocurrió el
golpe de Estado de Napoleón III en diciembre
de 1851 y, a consecuencia de este cambio en las circunstancias
políticas, decidió trasladar su residencia a Inglaterra.
[23]
Según refiere Ossorio y Bernard, “Galería biográfica de artistas españoles del
siglo XIX”, 1883-1884, Tomo I, página 21.
[24] Fernando Alcolea Albero, op. cit., págs. 32-36,
donde aporta datos que no hemos podido contrastar sobre la actividad musical y
el aprendizaje pictórico de Algarra en Inglaterra.
[25] Ossorio y Bernard, op. cit.
señala que el regreso de Algarra a Madrid se debió al fallecimiento del padre
del pintor en 1857. Fernando Alcolea, op. cit., pág. 35, refiere que a la
vuelta de Londres, Algarra “prosigue entonces con su afición musical, si bien a
partir de ahora en calidad de aficionado”.
[26]
“La discusión”, 03/09/1857 y 05/12/1857.
[27]
“La España”, 04/09/1858.
[28]
Las funciones teatrales en “El Mundo pintoresco”, 08/05/1859, 19/06/1859 y
09/10/1859 respectivamente. La velada musical en el domicilio de Rotondo en “La
Época”, 14/07/1859
[29]
“El Nene”, 21/04/1860.
[30]
“La Época”, 24/04/1861 y “El Contemporáneo”, 15/06/1861.
[31]
“El Arte”, 04/11/1866. “El Correo de la moda”, 24/03/1866 y “El Artista”, 15/11/1866. Otras veladas musicales son
reflejadas en “La Época”, 11/11/1866 y en
“La Correspondencia de España”, 04/04/1866.
[32]
“Revista de Bellas Artes”, 25/11/1866 y
02/12/1866; “La Correspondencia de España”, 10/02/1867.
[33] Las citas proceden, por orden de mención, de
las siguientes fuentes: “La Discusión”, 03/09/1857, “El Contemporáneo”,
15/06/1861 y “El Mundo pintoresco”, 08/05/1859.
[34]
“El Globo”, 02/09/1881.
[35]
La cita del juicio crítico de la prensa
de la época sobre la aportación de Algarra procede de “El
Mundo pintoresco”, 07/11/1858.
Otro juicio crítico en “El Museo universal”, 15/11/1858. La mención honorífica
se refiere en “La Época”, 19/11/1858.
Por otro lado, suponemos que Algarra no se presentaría a la primera
Exposición Nacional de Bellas Artes, celebrada en 1856, por estar nuestro autor
residiendo en territorio inglés; sin embargo , en una valoración de la
aportación de Algarra a la segunda Exposición, en el año de 1858,
el diario “La Discusión”, 24/10/1858, señalaba: “Quien ha adelantado
mucho desde la Exposición anterior es D. Cosme Algarra”. La cita de Reyero
Hermosilla en su op. cit., pág. 554.
[36]
Las referencias a sesiones prácticas de la sección de pintura de la Sociedad de
Bellas Artes en “La España”, 22/06/1859, 20/07/1859, 07/10/1859, 28/10/1859 y
11/11/1859; “La Época”, 22/06/1859; “El Clamor público”, 01/07/1859; y “El
Mundo pintoresco”, 16/10/1859. La participación en la Exposición de la Sociedad
de Bellas Artes en “El Mundo pintoresco”, 15/05/1859.
[37]
“La Correspondencia de España”, 08/07/1861 y “El Contemporáneo”,
11/07/1861: “En la librería de Moro hemos visto varias acuarelas del
distinguido paisajista D. Cosme Algarra, joven que ha llevado su entusiasmo por
el arte hasta el punto de consumir su patrimonio en largos viajes por el
extranjero, y en aprender al lado de los primeros artistas de este género en
París y Londres. En las acuarelas a que nos referimos, ligera muestra del
talento del señor Algarra, prueba este artista que no ha olvidado las máximas
de su maestro Richardson, y que a poca protección que se le dispensase, con la
salida acaso de sus obras, tendríamos en él un acuarelista, que en nada
desmerecería de los primeros de otras naciones; pues a la armoniosa entonación
que sabe dar a sus cuadros, une la gracia y el buen gusto en la composición, y
el acierto para tomar del natural lo más agradable y bello en el paisaje”.
[38]
La aportación de Algarra al certamen en “La Época”, 11/09/1862. La distinción
concedida en “Gaceta de Madrid”, 30/11/1862. La
exposición de la Dalia Azul, en “La España”, 28/05/1862.
[39]
La distinción concedida en “La Época”, 20/01/1865. La aportación a la
Exposición de 1864 en Reyero Hermosilla, op. cit., pág. 554.
[40]
“La Correspondencia de España”, 07/07/1866.
[41]
La aportación de Algarra a la Exposición de 1867 en “La España”, 23/02/1867 y
en Reyero Hermosilla, op. cit., pág. 554. La distinción concedida en “Gaceta de Madrid”, 16/02/1867. La recomendación de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en “Revista de Bellas Artes”,
05/05/1867.
[42]
”Guía oficial de España”, 1875 y “Revista europea”, 15/3/1874.
[43]
“Diario oficial de avisos de Madrid”, 07/12/1870: “Nueva iglesia. Mañana
probablemente se inaugurará el templo católico edificado en el barrio de
Salamanca. Hemos oído hablar con elogio de algunas obras de arte que decoran el
interior de la nueva iglesia, entre las que se cita un Cristo, de Algarra,
lienzo de mucho mérito a juicio de los inteligentes”.
[44]
“La Época”, 20/11/1862 y “La España”, 23/02/1867 respectivamente.
[45]
“La Correspondencia de España”, 08/07/1861 y “El Contemporáneo”,
11/07/1861.
[46]
Poema asimismo publicado en “La Esperanza” (Madrid), 29/11/1862.
[47]
Ambas noticias, respectivamente, en “La Época”, 02/04/1863 y “Gil Blas”, 10/05/1868. Además, en “El Clamor
público”, 05/04/1863, se daba noticia de un nuevo sistema de reproducción de
imágenes en el que había colaborado nuestro autor: “Ayer mismo llevaba en la
mano un amigo una caricatura de Algarra a lápiz, que representa a Don Quijote y
Sancho copiado en el mismo tamaño que el diseño y con una precisión admirable.
El procedimiento ha recibido el nombre de Fotolito-cinco-grafía, que viene a
decir arte de grabar con el auxilio de la luz, la piedra y el cinc”.
[48]
La plaza de profesor de dibujo en la Escuela de Minas sería obtenida por el
pintor José Vallejo, según “El Museo universal” y “La España” 30/08/1857. La
cátedra de Paisaje sería ganada por el
pintor Carlos de Haes según “La Discusión”, 21/08/1857. Algunos autores
como Reyero Hermosilla, op. cit. , pág. 554, sostienen erróneamente que Algarra
obtuvo el puesto de Profesor de Dibujo de la Escuela de Minas.
[49]
“La Discusión”, 21/10/1862: “Dentro de algunos días se abrirá, bajo la
dirección de los Sres. D. Cosme Algarra y D. Federico Ruiz, una academia para
enseñar a pintar la acuarela, dándose también lecciones de país y figura. La
reputación que han alcanzado en estos ramos los directores de esa academia, es
una garantía de enseñanza para los más exigentes. Aplaudimos el pensamientos de
los Sres. Algarra y Ruiz, que tiene por objeto desarrollar en España este
género tan cultivado en el extranjero por todas las clases de la sociedad”.
[50]
Ángel Avilés y Merino evoca esta Sociedad en su discurso de ingreso en la Real
Academia de Bellas Artes en 1893: “Posteriormente, un artista ya viejo y
siempre simpático, D. Cosme Algarra, que estudió en Inglaterra bajo la
dirección de Richardson aquella manera idealista y un tanto convencional, pero
fresca, limpia y transparente de los pintores británicos, cultivó y enseñó la
acuarela en la Sociedad de Bellas Artes, nacida del famoso Liceo, fundado por
nuestros románticos. En varios sitios y con diversos nombres ─ entre otros el de Sociedad de los
Basilios, ─ trabajó esta asociación bajo
la presidencia del pintor Esquivel, disolviéndose y desapareciendo muchos años
ha. Ni siquiera subsisten los edificios donde sucesivamente se juntaban
aquellos artistas, porque la fiebre demoledora y reconstructora de Madrid los
ha derruido, como acaba de hacer con la casa de la calle de San Agustín,
esquina a la de Cervantes, en la cual tuvo su estudio Algarra, y yo recibí de
él mis primeras lecciones de acuarela” (Discursos leídos ante la Real Academia
de Bellas Artes en la recepción pública del Excmo. e Ilmo. Sr. D. Ángel Avilés
el día 5 de febrero de 1893, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1893, páginas
17-18). Resúmenes de su discurso pueden verse en “El Día”, 15/02/1893; “La
Iberia” y “El Imparcial”, ambos de 06/02/1893; y “La España artística”,
11/02/1893. Según Fernando Alcolea Albero, op. cit., pág. 35, Algarra fundó la “Sociedad de
Acuarelistas” en 1866.
[51] Ángel
Avilés y Merino evoca esta anécdota en su Discurso de recepción ante la Real
Academia de Bellas Artes, 1893, pág. 18. En el Catálogo-Guía de la Exposición
de Acuarelas y Aguadas Españolas, Madrid, 1946, pág. 10, se alude a la misma
visita: “En
1866 vino Fortuny a Madrid y son sus compañeros en las visitas al Museo Real y
en otras excursiones artísticas, Vallejo, Algarra, R. de Madrazo su hermano
político, Moragas, Tapiró y Agrasot”. Según Fernando Alcolea Albero,
op. cit., pág. 35, en 1866 Algarra
figura inscrito en el libro de registro de copistas del Museo del Prado
“constando como garante Federico Madrazo”.
[52]
“La España”, 30/12/1857 y “La España artística”,
04/01/1858.
[53] No parece que el autor de
este Manual de pintura sea el mismo Agustín de Algarra que publicó las
siguientes obras políticas: “Apuntes económico-políticos y administrativos”,
Marsella, 1849; y “Proyecto de indemnización para los patriotas que han sufrido
por la causa de la libertad: dirigido al Excmo. Señor Duque de la Victoria,
Presidente del Consejo de Ministros”, Madrid, 1855.
[54]
Agustín Algarra, “Manual del pintor teórico-práctico ó sea Principios
fundamentales sobre la pintura al óleo y á la acuarela”, Libreria de Rosa y
Bouret, París, 1877, págs. 8-9.
[55]
Una detallada nómina de los literatos y artistas que solían frecuentar el Café
Suizo puede verse en “El Heraldo de Madrid”, 22/01/1898 (“El Madrid de hace
treinta años”).
[56]
La noticia del banquete en “La Discusión”, 16/01/1859; “La Iberia”, 18/01/1859;
“La España”, 16/01/1859 y 18/01/1859. Una detallada narración de la anécdota en
“La Ilustración”, 07/01/1883.
[57]
Anécdota y cita procedente de “La Época”, 16/03/1859. Asimismo, se refiere en
“La Época”, 23/01/1883.
[58]
La noticia sobre la asistencia a la reunión para tratar del nacimiento del
Teatro Nacional, en “El Contemporáneo”, 17/03/1864. La noticia sobre el ingreso
en el Ateneo madrileño en “Lista de señores socios del Ateneo de Madrid”, noviembre 1886.
[59]
“La Esperanza”, 13/11/1868:
“La plaza de director del Museo nacional va a concederse a D. Cosme Algarra,
que ya la desempeñaba por nombramiento de la junta revolucionaria de Madrid”. “El Imparcial”, 13/12/1868: “Ayer tomó posesión de
director del Museo nacional el Sr. D. Cosme Algarra”. Los méritos de Algarra en
“La Iberia”, 12/11/1868. “La Discusión”, 01/05/1869: Algarra ejerce como
miembro del tribunal en la oposición para proveer la plaza de restaurador del
Museo Nacional de Pinturas.
[60]
La creación y la disolución de esta Comisión se
publicaron en la “Gaceta de Madrid” de 27/11/1870 y de 02/07/1872
respectivamente. El período de Algarra como director del Museo de la Trinidad
está bien documentado en la op. cit. de Carlos Reyero Hermosilla, si bien este
autor no menciona el incidente relacionado con un cuadro obra de Vicente Carducho
que se trasladó desde el Monasterio de Santo Domingo el Real hasta el Museo de
la Trinidad por intervención de Algarra. Se trató de este asunto en sesión del
Congreso de los Diputados de 8 de julio de 1871, según Carlos Cambronero, “Las
Cortes de la Revolución”, Madrid, 1898, págs. 178-179. El incidente tuvo
reflejo en la prensa de la época, por ejemplo, en “La Esperanza”, 19/06/1871 y
10/07/1871.
[61]
“Diario oficial de avisos de Madrid” y “La Correspondencia de España”,
15/02/1881, dan la noticia en los mismos términos: “Se indica al distinguido
pintor señor Algarra para la plaza de conservador del teatro Real”. Los versos
satíricos en “El Buñuelo”, 17/02/1881.
[62]
“La Correspondencia de España”, 09/05/1881.
[63]
Ficha técnica de “El pintor Cosme Algarra” en la web del Museo del Prado: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/el-pintor-cosme-algarra/2b1146fb-56a7-4183-a103-1c6292f82628
[64]
La litografía de Méndez Núñez en “La
Correspondencia de España”, 07/07/1866. El retrato de Pastor Díaz para el
Ateneo de Madrid en la ”Guía oficial de España”, 1875 y “Revista europea”,
15/3/1874.
[65] Junto
con otros artistas y literaFtos de la época, Cosme Algarra contribuyó con su
dibujo “El primer cigarrillo” al Álbum dedicado a Manuel Ruiz Zorrilla en 1870
y conservado en la BNE.
[66]
Pascual Clemente López, “Artes plásticas en el Museo” en “40 años de Museos en
Democracia: El Museo de Albacete”, IEA, 2018, página 103.
[67]
La noticia sobre ambas patentes en “Crónica de la industria”, 15/12/1878 y en
“Gaceta de Madrid”, 02/02/1879. La prueba de la faja
hidráulica en “La Iberia”, 21/09/1878: “Ayer se verificó en la carretera de Aragón, núm. 25, la
prueba pública del aparato inventado por Don Cosme Algarra para sustituir a la
antigua y costosa noria árabe”. Un
extenso análisis técnico de la faja hidráulica en “Gaceta de los caminos de
hierro” de 06/10/1878.
[68]
La primera patente en “Gaceta de Madrid”, 26/09/1879 y la segunda patente en “La Gaceta industrial”, 25/01/1880.
[69]
La patente de la Nueva Noria en la “Gaceta de Madrid”, 10/10/1880 y 14/06/1881.
El anuncio de la Nueva Noria en “La Opinión”, 25/04/1880; “Crónica Meridional”, 25/04/1880; y “El Correo Gallego”,
27/04/1880.
[71] Sorprendentemente, habrían
de pasar ocho años hasta que en julio de 1881 Algarra entablase una nueva
demanda, cuya sentencia de diciembre de 1882 absolvería a los herederos de la
marquesa y negaría a Algarra todo derecho a ser indemnizado. Finalmente,
Algarra interpondría recurso de casación sobre la restitución de las citadas
aguas, que la Audiencia de Madrid desestimaría en sentencia de 27 de octubre de
1883. La sentencia sería publicada en la “Gaceta de Madrid” en 15/01/1884 y,
asimismo, recogida en “Biblioteca Jurídica de la Revista General de Legislación
y Jurisdicción (sección de Jurisprudencia). Jurisprudencia Civil. Sentencias
del Tribunal Supremo en recursos y competencias correspondientes al año 1883”,
Tomo 53, 1885, páginas 154-157. Antes de dictarse esta sentencia de 1883,
Algarra y su socio sufrían un embargo de bienes por impago del arrendamiento
acordado con el Ayuntamiento. En efecto, en el “Diario oficial de avisos de
Madrid”, de 11/06/1891 y días siguientes, el Ayuntamiento de Madrid publicaba
un Edicto por el que se decretaba la venta en pública subasta de los bienes
embargados a Cosme Algarra y José de Escoriaza “por débito del aprovechamiento
de aguas fecales de la alcantarilla de Atocha, correspondiente al año económico
de 1890 a 1891”. Entre los bienes embargados y puestos a subasta, se encontraba
“una rueda hidráulica”.
[72] “Diario de las Sesiones de
Cortes”, Congreso de los Diputados, Legislatura de 1893, Tomo XII, págs.
5354-5356.
[73]
“La Época”, 21/11/1879: el cuadro de Algarrase titulaba “Las lavanderas”.
[74]
Ossorio y Bernard, op. cit. págs. 21-22 señala a este respecto. “Aunque la
reputación de este artista es debida a sus acuarelas especialmente, ha
trabajado en todos los géneros de pintura y ha dibujado varias láminas para la
obra del Sr. Escosura La conquista de
Méjico, el periódico Los Sucesos
y otros”. Los datos sobre “Los Sucesos” proceden del artículo de Rosa María
Rodríguez Carcela, “La prensa de sucesos en el periodismo español”, Revista
Internacional de Historia de la Comunicación, Nº 6, Vol. 1, año 2016, pp.
25-28.
[75]
Sobre la acuarela “Las lavanderas” se escribe en “La Correspondencia de
España”, 16/05/1882, y en “El Imparcial”, 23/5/1882, donde se dice: “Las lavanderas, acuarela de D. Cosme
Algarra, pertenece a la primitiva escuela, y es dulce su entonación y bien
estudiadas las figuras”. Sobre los lienzos “Una maja” y “La fuente” se da
cuenta en “El Imparcial”, 14/06/1882.
[76]
“El Imparcial”, 07/08/1883
[77]
“El Liberal”, 04/11/1884 y 30/11/1884.
[78]
“Revista de España”, 1-1885.
[79]
“La noticia de la Exposición en Diario oficial de avisos de Madrid”, 15/05/1888
y “El Imparcial”, 21/05/1888. El primer juicio crítico en “El Correo militar”, 16/05/1888. El segundo
juicio crítico en “La Justicia”, 02/06/1888.
[80]
Grabado publicado en “La Ilustración española y americana”, 30/05/1889, con el
pie de página: “Madrid. Exposición del Círculo de Bellas Artes en el Pabellón
de Cristal del Parque de Madrid, inaugurada el 22 del corriente. (Apuntes del
natural, por Manuel Picolo”. El cuadro de San Francisco por Algarra en “El
Día”, 07/06/1889: “El veterano Cosme Algarra presenta una imagen de San
Francisco en éxtasis, inspirado en las buenas tradiciones de los antiguos
maestros españoles; tiene corrección en el dibujo, fineza en el colorido, y una
cualidad más rara, que es la unción religiosa”; “La
Dinastía, 30/06/1889: “El San
Francisco, de don Cosme Algarra, es sobrio y parco de entonación, tendiendo
a una manera poco usada ya en la época actual de impresionismo”; “Diario de
Córdoba”, 18/8/1889: “Cosme Algarra, el antiguo y celebrado pintor, acaba de
dar una prueba de viril empuje y altísima inspiración. La nieve de los años no
ha podido apagar el fuego sagrado que arde en su alma, y quien lo dude que
contemple un instante, nada más, su San
Francisco en éxtasis. Pocas veces logran reunirse, como en este cuadro,
todas las cualidades de la buena escuela. Dibujo correctísimo llevado hasta el
extremo de poder servir la cabeza del santo de verdadero estudio anatómico,
color exacto, preciosa luz y sobre todo algo ideal que flota en la obra y
parece ponerse en comunicación con quien la mira, algo que no se traza con
líneas ni se interpreta por medio de matices más o menos opacos o brillantes,
algo que es lo que el alma al cuerpo y lanza como reflejos del más hermoso
espiritualismo. El nuevo cuadro de Algarra merece ir al Museo de Madrid. Y como
no somos de los pesimistas que creen que aquí basta merecer una cosa para no
alcanzarla, esperamos que irá. Para honra del Ministro de Fomento que así lo
acuerde”; “La Correspondencia de España”, 29/03/1888: “Parece que es un hecho
la adquisición por el ministerio de Fomento del precioso cuadro San Francisco
en éxtasis, obra del reputado artista D. Cosme Algarra. El acuerdo honra en
extremo al Sr. Canalejas, decidido protector de las artes”; y “La
Correspondencia de España”, 07/08/1888: “En el ante-despacho del señor ministro
de Fomento, está expuesto un precioso san Francisco al óleo, pintado por el
reputado artista D. Cosme Algarra, uno de los decanos de los pintores de
Madrid, obra que está siendo muy celebrada por cuantos inteligentes han tenido
ocasión de admirarla”.
[81]
El grabado que reproducimos es un dibujo del natural por Juan Comba publicado
en “La Ilustración española y americana”, 15/05/1890. La noticia sobre las
obras de Algarra en la Exposición de 1890 se publica en “El Liberal”,
18/05/1890. Un comentario sobre la obra “Rosa mística” aparece en “La
Ilustración española y americana”, 15/05/1890: “Si se exceptúan dos
invocaciones de la letanía (la Rosa
mística, de Algarra, y la Stella
matutina, de Álvarez, distintas en mérito, pero no en sentimiento de la
belleza ideal) nada ofrece la Exposición que anuncie la existencia de la
fantasía entre las facultades del alma humana”. Otor comentario sobre la
aportación de Algarra a la Exposición de 1890 aparece en “La Ilustración”,
20/07/1890: “San Francisco de Asís, Rosa Mística, dos lienzos de D. Cosme
Algarra en los que se descubre la sutilidad con que ejecuta siempre este autor;
el primero sobre todo es una hermosa manifestación de realismo; le avalora
también lo correcto del dibujo”.
[82]
La noticia sobre la Exposición del Círculo de Bellas Artes en “Anuario
literario y artístico para el año de 1892”, 1892, nº 3.
[83]
La cita sobre "Novillada" tomada de "La Correspondencia de España", 13/11/1892. La cita del juicio crítico sobre las obras aportadas a la Exposición de 1892
procede de “El Correo militar” de 19/05/1891. Otros juicios resulta ban más
benignos para nuestro autor. Así, en relación con el cuadro “Los bandidos” se
decía en “La República” de 12/05/1891: “<<Los bandidos>> de
Algarra, de mucha verdad”. Otro comentario positivo aparecía en “El isleño” de
12/10/1892 y se refería a la escena costumbrista “Para mi Santo”: “El genial
artista Cosme Algarra, tan discutido in
illo tempore, ha presentado un asunto de costumbres expresado con suma
gracia y sencillez. Se titula Para mi
Santo y representa un pintor recibiendo en su estudio a una señora y una
niña. En el caballete se ve la obra en
que el pintor trabaja, una Purísima, que contempla la madre con arrobamiento,
mientras la hija ofrece a la Virgen un ramo de azucenas. Asunto tan sencillo
envuelve, sin embargo, mucho interés por el acierto del Sr. Algarra”. Las
opiniones sobre “Consolatrix aflictorum” ofrecían variados juicios: en “El
Liberal”, 22/10/1892, se decía: “Consolatrix aflictorum. Cuadro místico de
carácter decorativo. Como nota de color, agradable”; en “La Dinastía”, 09/11/1892,
se apuntaba: “Consolatrix aflictorum. El catálogo no da más detalles; parece un
modelo de medallón para un techo. Resulta pobre y arcaico de color”; y en “La
Iberia”, 24/11/1892, se estimaba: “No es malo el efecto que produce la alegoría
que su autor, D. Cosme Algarra y Hurtado, denomina: Consolatrix aflictorum. Parece el boceto de una obra decorativa. El
colorido y la factura denotan al artista acostumbrado a la pintura al temple,
más práctico que técnico, por decirlo así”. El anuncio sobre la exposición de
abanicos aparece en variada prensa regional como “La Paz” de Murcia, “Diario de Córdoba”,
“Crónica de Badajoz”, “La lucha” de Gerona, todos en 13/10/1892 y “El noticiero
balear”, en 15/10/1892. El texto de este aviso comercial señalaba: “El Sr.
Serra, hoy su sucesor D. Antonio Lambea, tiene en su establecimiento una
verdadera exposición de abanicos pintados por Cosme Algarra, o por Alarcón, de
Cárceles, Picolo y otros distinguidísimos pintores”.
[84]
“La decoración de abanicos para el Círculo de Bellas Artes en La Época”,
12/02/1893 y “Diario oficial de avisos de Madrid”, 13/02/1892. El boceto
presentado a la Exposición del Círculo de Bellas Artes en “El Imparcial” y “La
Época”, ambos de 13/05/1893; un agudo comentario crítico sobre esta exposición
en “El Liberal”, 14/06/1893. La participación en la Exposición Universal de
Chicago en “El Imparcial”, 29/08/1893 (donde se nombra a Algarra como artista
premiado) y “La Época”, 03/09/1893 (donde se cita a nuestro autor entre los no
galardonados) . La presentación al concurso para provisión de la cátedra
zaragozana en “Gaceta de instrucción pública”, 15/03/1893.
[85] José Epila, Latiguillo,
“Ojeada cómica a la Exposición Libre de Bellas Artes de 1894”, Cádiz, 189, pág.
7.
[86]
El comentario citado sobre “El alcalde de Móstoles” procede de “La Dinastía”,
24/05/1895. Otro comentario interesante encontramos en “La lucha” de Gerona,
19/07/1895: “De don Cosme Algarra es <<Declaración de guerra a Napoleón I
o el alcalde de Móstoles>>. Un cuadrito de pequeñas dimensiones de mucho
y gran ambiente. Los entusiastas castellanos tienen natural originalísimo,
destacándose entre ellos las figuras del cura y el pregonero con el tambor”. La
participación en la exposición del palacio de Anglada en “La Época”,
26/05/1895. La colaboración en la publicación “Álbum de Caridad” en “El País”,
09/06/1895. La asistencia a la conferencia en el Ateneo en “El Día”,
05/05//1895.
[87]
“La Ilustración española y americana”, 22/11/1898.
[88]
“La Época”, 01/02/1899: “La Memoria de secretaría aprobada en la última junta
general de la Asociación de Escritores y Artistas comienza dando cuenta de las
bajas que durante el año transcurrido ha sufrido la Sociedad, entre ellas
algunas tan sensibles como las del pintor Algarra…”.
[89] “El Mundo pintoresco”, 08/05/1859.
[91] Algarra pudo ser incluso
personaje literario, ya que el prolífico escritor Torcuato Tárrago dio el
nombre de “D. Cosme Peluquín y Algarra” al protagonista de su cuento “La punta
del pie”, publicado en “El Periódico para todos”, 06/02/1878.
[92] Manuel del Palacio, “Mi
vida en prosa: crónicas íntimas”, 1904, página 192. Publicado previamente en
“El Imparcial”, 03/02/1902.
[93] Manuel del Palacio y Luís
Rivera, “Cabezas y calabazas”, 1864, pág. 60.